Pan de yema, bollo, bollo de leche o suizo, el brioche es un tipo de dulce de origen francés, hecho a base de una pasta de huevos, levadura, leche, mantequilla y azúcar. La corteza se dora antes de hornearla obteniendo así su color característico, mientras que la miga es de un amarillo más pálido. Es común agregarle pasas como complemento, pero realmente esta masa admite prácticamente cualquier cosa, prueba a ponerle chocolate o una mezcla de especias.
400 g de harina de fuerza
120 g de azúcar
2 huevos
130 ml de leche entera tibia
1 cucharadita de esencia de vainilla
20 g de levadura fresca
Una pizca de sal
90 g de mantequilla en cubitos
Un buen puñado de pasas
Una cucharadita de canela
una cucharada sopera de miel
Mezclar la levadura fresca con una cucharada sopera de harina, una cucharada de miel y los 130 ml de leche tibia. Dejar reposar unos 15 minutos en un sitio calido.
Exceptuando la mantequilla y las pasas, agregar todos los ingredientes a la vez en el recipiente del amasador, incluida la mezcla anterior (se puede realizar de manera manual, te recomendamos empezar mezclando los ingredientes líquidos).
Sin parar de amasar, añadir la mantequilla en cubitos y las pasas.
Cuando todos los ingredientes estén bien mezclados debe resultar una bola elástica. Si crees que la masa está muy húmeda, prueba añadiendo un poco más de harina y si, por el contrario, la ves un poco seca, añade un poco de leche tibia.
Dejar reposar unos 20 minutos.
Hacer pequeñas bolas de masa y colocar dentro de un molde alto.
Dejar reposar en el molde una hora aproximadamente.
Precalentar el horno a 180 grados.
Pincelar con yema y hornear aproximadamente durante 30 minutos.
¡Listo! Recomendamos tomarlo templadito.