Como acabada la erupción del Vesubio se mostraban los cadáveres con el último gesto dentro, en el horno aparece ese apretado abrazo de berenjena con mortadela y su queso en un trío fundiéndose, meciéndose por la bandeja con su último gesto de amarse calientes y próximos. Así se muestran en el plato, como aquellos cadáveres con la belleza inmediata de la muerte instantánea. Paladar adentro, se hacen tan intensos que, muertos ya, matan.
– La lava alcanzó la ciudad a una velocidad de 110 kilómetros por hora, sin posibilidad de que nadie escapara. En 500 kilómetros cuadrados todo se llenó de lava, destruyó no solo Pompeya, sino otras ciudades y pueblos vecinos. Se estima que murieron 25 mil personas.
– La ciudad estuvo perdida 1500 años hasta que en 1599 fue encontrada al excavar un túnel subterráneo. El arquitecto Domenico Fontana descubrió algunos frescos de Pompeya con alto contenido sexual, y escandalizado, los volvió a enterrar. Pompeya fue redescubierta en 1748 y desde ese momento no se ha vuelto a perder. Hoy pueden verse los frescos eróticos más increíbles en, por ejemplo, la casa del Amore Punito (del amor castigado) sin prejuicios.
– A causa de las cenizas los objetos de la ciudad permanecieron bien preservados de la humedad y son un testimonio excelente de la vida romana de esa época. Se usó yeso para llenar los huecos entre las cenizas dejados por los cuerpos, para saber en qué posiciones habían muerto los habitantes. Aconsejamos echar un vistazo a los muertos del Vesubio. No quitan el hambre, lo juramos.
Pasos previos
1. Pelar las berenjenas (o dejar con piel si os gusta más así y no es muy gruesa) y cortar a lo largo en rodajas de medio centímetro aproximadamente. Disponer sobre un colador, rociar con un poco de sal gorda y poner un peso encima (unos platos por ejemplo) para que suelten un líquido que ayudará a suavizar el amargor propio de esta hortaliza. Dejar así un mínimo de 30 minutos o incluso la noche anterior a hacer la receta. Pasado ese tiempo, enjuagar bien y secar con papel de cocina.
2. Poner a calentar el aceite de girasol. Batir los dos huevos en un plato y en otro poner la harina. Rebozar las berenjenas pasándolas primero por la harina y después por el huevo. Freír, sacar y retirar el exceso de aceite con papel de cocina. Reservar.
3. Preparar la salsa italiana de tomate -si se quiere utilizar salsa casera ver la receta en el blog- o emplear alguna envasada.
La receta
1. Saltear en una sartén la carne picada con una cucharada de aceite de oliva y la mantequilla (unos 10 gramos). Remover con frecuencia para que la carne se vaya soltando sin apelmazarse. A media cocción incorporar la nuez moscada y poco después un chorreón de vino blanco. Dejar evaporar, esperar unos minutos y apartar del fuego. Reservar.
2. Mientras se termina de hacer la carne picada preparamos el resto de ingredientes que pondremos en cada rollito: la mortadela, las lonchas de queso y la albahaca fresca.
3. Montar los rollitos: dejar un par de centímetros desde los extremos de cada rodaja de berenjena y disponer, en este orden, la mortadela, el queso (una media loncha), un par de cucharaditas de carne picada y la albahaca fresca. No llenar en exceso para que se puedan enrollar con facilidad (se puede utilizar un palillo para mantenerlos cerrados). Reservar.
4. Precalentar el horno a 180º. Cubrir el fondo de una fuente con salsa de tomate y espolvorear parmesano por encima. Disponer los rollitos sobre la salsa en una sola capa (no montar unos sobre otros). Terminar con más salsa de tomate y parmesano.
5. Meter en el horno unos 20 minutos. Retirar y servir unos 3/4 rollitos por persona.
· Pide al carnicero que te pase la carne por la picadora dos veces. El buey le da muy buen sabor, pero si no encuentras se puede utilizar solo mezcla de cerdo y ternera.
· Enjuagar bien las berenjenas después de que hayan soltado el líquido para limpiar los restos de sal. De no hacerlo podrían quedarnos saladas.
· Este plato se puede preparar verdaderamente rápido si tienes las berenjenas y la salsa de tomate listas de antemano. Recuerda que las berenjenas se pueden congelar una vez fritas, lo que permitiría adelantar gran parte de la receta.
Aprende a preparar las auténticas croquetas de patata de Kill la kill.